¿Para qué un EDUBLOG?

Como docentes somos "Inmigrantes tecnológicos", mientras que los chicos son verdaderos "nativos tecnológicos". Por qué no acercarnos a ellos intentando cerrar la brecha digital que nos separa? Por qué no utilizar sus propias herramientas para la construcción del aprendizaje.
Como docentes, un blog nos permite
- Compartir recursos educativos entre docentes (proyectos, carpetas didácticas, recursos de aula, etc)
- Enriquecer nuestras producciones con el aporte de la comunidad con la cual compartimos el blog
- Conocer las opiniones de nuestros alumnos respecto de temas específicos
- Compartir con nuestros alumnos material de interés común en todos los medios posibles (textos, fotos, videos, etc)

Como no incorporarlo a nuestro "ser docentes"? NO NOS QUEDEMOS AFUERA!

martes, 8 de abril de 2008

WEB 2.0... Por qué No?


Introducción a la Web 2.0 - 16/03/07


From: genisroca, 1 year ago





Web 2.0. Nuevas posibilidades profesionales y personales de Internet



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sábado, 5 de abril de 2008

Marco teórico

Nuestra pastoral juvenil se viene basando en la creación secuenciada de lugares. Los lugares son núcleos generadores. Llamamos núcleo generador a una experiencia que se propone vivir o le toca vivir necesariamente a un grupo, y que se constituye en una situación de aprendizaje para el grupo por la mediación del equipo docente responsable del mismo.
En nuestra propuesta el acento de la tarea formativa está dado por el reconocimiento o la creación de los lugares por los que el grupo pasa en su vida y el diseño curricular de los mismos para que sean momentos de aprendizaje, comprendido este como discernimiento desde el lugar del necesitado.
Entendemos los lugares como dadores de identidad a los varones y mujeres que los transitan, son espacios de apertura y encuentro cara a cara; son espacios históricos, es decir, espacios donde el pasado y el futuro se viven con un cierto sentido (significado y dirección), espacios por los que han pasado personas que han intervenidos en la vida de otros hombres marcándolos de algún modo, espacios por los que al pasar, quedamos orientados hacia algún futuro.
Los lugares pueden prestarse, para conocer la realidad en distintos sentidos (autoconocimiento, conocimiento de los otros, conocimiento de Dios, conocimiento del entorno) y en distintos niveles de conciencia (experimentar, entender, juzgar y decidir).
Los contenidos curriculares de la formación que se realiza en este espacio de los grupos, son elementos para la deconstrucción y reconstrucción de la realidad en clave pastoral.
Llamamos mapa formativo al conjunto de estos lugares posibles. Opera como un menú, como un repertorio. Los mapas formativos implican dos opciones básicas: la integralidad y la gradualidad del proceso formativo. Estas dos opciones son los criterios generales de evaluación de este proceso.
Esta metodología no entiende la gradualidad como un proceso de evolución lineal y sumativo, sino como crecimiento cualitativo. El grupo crece cualitativamente cuando logra procesos significativos y se hace eficaz en las transformaciones internas y externas al grupo.
La integralidad significa que en la experiencia en el lugar, se anudan perspectivas que suelen vivirse como separadas: lo personal y lo social, lo cristiano y lo secular, lo político, lo económico, lo cultural, el compromiso y la oración, el esfuerzo y la fiesta, formar es para nosotros generar en personas y grupos nuevas actitudes de vida y capacidades que les permitan discernir y crear criterios para el discernimiento para los distintos lugares de necesidad.

El itinerario del grupo está constituido por el paso a través de lugares. Los lugares son acciones. Cuando hablamos de acción, entonces, comprendemos un encadenamiento que incluye una serie de situaciones problemáticas y su resolución en torno a una experiencia. Las acciones se entienden como núcleos generadores. Son experiencias que los grupos hacen. Pero no son concebidas secuencialmente. No todos los miembros ni los grupos tienen que hacer todo ni todos a la vez ni en un orden fijo ni necesario.

Estas acciones son una unidad de situaciones problemáticas anudadas desde una tensión de dos momentos: una experiencia central del lugar y una transformación que se espera. Ambas son experiencias realizadas, no meras ideas. Una experiencia central, es un campamento, un retiro, una convivencia, una peregrinación, una bicicleteada o cualquier cosa que pueda responder a las necesidades del grupo y que sea susceptible de desatar un proceso pastoral. Una transformación es un servicio que el grupo prestará a personas exteriores a la institución escolar y que sufren alguna necesidad. La escuela puede releer sus programas en diálogo con su entorno. El diálogo con el entorno aporta realismo y eficacia al programa convencional. Así, por ejemplo, plantear las matemáticas o la historia en función del entorno aporta a estas ciencias un nivel de resultado, que sin ellos no se consigue. Les hace tener en cuenta la necesidad concreta de este lugar, sus posibilidades de progreso, la realidad económica y de recursos humanos. Pero al tener en cuenta todo este conjunto de factores, la guía del enriquecimiento no es simplemente la eficacia. Se trata de algo más hondo: el entorno real no se construye sobre conceptos sino sobre personas. Cuando se las encuentra, la verdad ya no consiste en la claridad sino en el sentido de la vida.

Desde esta concepción pedagógica de la educación, no es si no en el encuentro con el otro, el excluido, el diferente, que provoca el cambio de criterio, la conversión. No hay transformación interior sin transformación exterior. No hay experiencia interior sin experiencia exterior. Queremos con todo esto, pensar al otro, como fuente curricular.

Para transformar la experiencia en espacio de aprendizaje, recurrimos a una forma de la resolución de situaciones problemáticas: cada lugar o núcleo generador es transformado en una serie de situaciones problemáticas que el grupo debe resolver creando un espacio de discernimiento que lo lleve a construir criterios de acción y a desarrollar actividades transformadoras sobre la realidad exterior, unas antes y otras después de la actividad o experiencia que ocasiona el lugar.

Un problema es el reconocimiento de la ignorancia frente a algo que se nos presenta como inevitable. Un problema es la creación de un espacio para la investigación. Un problema es una oportunidad para la superación de las limitaciones, para el despliegue de la creatividad.

De este modo, nuestra propuesta para los adolescentes se define como una pedagogía en la que los jóvenes están continuamente resolviendo situaciones problemáticas, una pedagogía del discernimiento. Discernimiento hecho desde el lugar del necesitado.